Dalí atómico
Con la explosión de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki como telón de fondo, Dalí inició la etapa conocida como "mística nuclear”.
La muestra “Dalí atómico” se sumerge en la concepción y realización de la pintura Leda atómica, considerada, junto con otras obras, un punto de inflexión en la trayectoria de Dalí.
“LA EXPLOSIÓN ATÓMICA DEL 6 DE AGOSTO DE 1945 ME ESTREMECIÓ SÍSMICAMENTE. DESDE AQUEL MOMENTO EL ÁTOMO FUE MI TEMA PREFERIDO.” SALVADOR DALÍ
El miedo que Salvador Dalí experimentó con la noticia de la explosión atómica de 1945 se convirtió en el motor de muchos de los paisajes pintados en su periodo estadounidense. Presentada por primera vez en 1947 y finalizada en 1949, Leda atómica es la pintura que representa, en el conjunto de su trayectoria, el paso hacia su etapa conocida como "mística nuclear".
Durante el surrealismo, Dalí trabajó con su método llamado paranoico-crítico de interpretación de la realidad. Con Leda atómica el artista exploró cuestiones científicas vinculando su pintura a la estructura atómica y la física nuclear. La exposición profundiza en el universo de esta obra maestra y la adaptación de Dalí en el contexto cultural y artístico de Estados Unidos, donde residió entre 1940 y 1948.
LLEGAR A SER UN CLÁSICO
Cuando Dalí pinta Leda atómica, se encuentra al final de un proceso de cambio iniciado en los años 40. La inspiración que la ciencia brinda al artista llega a su máxima expresión cuando decide aplicar patrones científicos en la composición de sus obras. Dicha pintura es un ejemplo excelente de ello: en ella, todo flota, todo se halla en suspensión, igual que las partículas subatómicas en el interior de un átomo. Asimismo, la física nuclear está en la base inicial de su transformación artística. Leda atómica supone el inicio de su período místico-nuclear, en el que combina sus sentimientos religiosos con los avances relacionados con la fisión y la fusión nuclear.
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Dalí pretende emular a los clásicos, pero sin abandonar los temas que lo estimulan, como la figura incondicional de Gala. Abandona el método paranoico-crítico y abraza la física atómica mientras dirige su mirada hacia el Renacimiento. La mitología, el tratado de Luca Pacioli, La divina proporción, el número de oro y la perspectiva áurea se convierten en sus aliados. Para resolver los problemas geométricos que le plantean sus nuevas obras, Dalí consulta con especialistas, como el matemático Matila Ghyka, que le ayudan a trasladar sus visiones al lienzo. Porque su destino, a partir de ahora, será llegar a ser un clásico.