


Hermen Anglada-Camarasa. Columna florida (detalle), 1940-1945. Óleo sobre lienzo. © Colección Anglada-Camarasa de la Fundación ”la Caixa"
El jardín de Anglada-Camarasa
Óleos, dibujos, fotografías, estampas e indumentaria de Anglada-Camarasa, para comprender cómo la flor se convirtió en un elemento principal de sus pinturas y cómo las flores dibujaron su vida.
Un recorrido que traza el interés creciente del pintor hacia los elementos florales.
DURANTE LOS PRIMEROS AÑOS DE LA DÉCADA DE 1930, ANGLADA-CAMARASA SE PLANTEÓ DEJAR LA PINTURA PARA ABRAZAR LA JARDINERÍA.
En 1931, Hermen Anglada-Camarasa adquirió la finca El Pinaret, en el puerto de Pollença, y creó un gran jardín con plantas autóctonas y especies exóticas. El propio artista cuidaba de las flores, las estudiaba y las convirtió en un elemento importante de su pintura.
Óleos, dibujos, fotografías, estampas e indumentaria permiten reconstruir la pasión de Anglada-Camarasa por las flores como elemento decorativo o como proyección de la identidad de las personas que retrata. Un recorrido por tres ámbitos -«Escenarios florales», «Complementos de la identidad» y «De fondo a figura»- que también muestra cómo las flores pasaron de ser un complemento a convertirse en el tema central de su pintura. Para profundizar en el tratamiento que da a las flores, la exposición también incorpora el punto de vista de la botánica.